Fue un día muy difícil para mi, se mezclaron muchas sensaciones y muy diferentes. Por un lado los nervios lógicos de cualquier inicio, siempre nos ponemos nerviosos cuando hacemos algo por primera vez, aunque sea lo mas sencillo del mundo. Y aunque no fuera mi primera inauguración, tenía mucho de especial. En este caso no tenía grandes complicaciones, una reunión de amigos y familia en la que nos íbamos a tomar unos vinos y unas tapas para celebrar la inauguración de un negocio. Y eso estaba muy controlado, lo preparaba mi prima Espe, del salón de banquetes El Albero de Calasparra, (me salvaste la vida) prepararlo en un día y con la calidad que lo hizo fue para quitarse el sombrero, las cucharillas de migas fueron impresionantes.
Mas nervios con la maquinaria que no acababa de llegar, todo la mañana pendientes de los transportes, de los instaladores y de todo lo que quedaba por entregar, al final como siempre algo faltó, a pesar de que en este caso otra persona, Antonio, comercial de Copimur , pero que conmigo se ha comportado de manera muy especial y no lo voy a olvidar, estubo pendiente todo el día de intentar solucionar los problemas que teníamos.
Mas nervios con los invitados, y con los no invitados, siempre piensas que se te ha olvidado decírselo a alguien y en este caso no era un presentimiento, era una realidad, se me olvidaron algunas personas, espero que lo sepan entender, tendremos tiempo de poder solucionarlo y tomarnos esos vinos a cuenta de Copiando. Pero vinieron casi todos a los que habíamos invitado, lo cual me produjo una gran alegría, y desde aquí quiero darles las gracias por estar en ese momento. Otros no pudieron venir, por un motivo o por otro, saben que estas puertas estarán siempre abiertas para cualquier cosa.
Y mas nervios y emoción, y eso fue lo peor de todo el día. Mi familia, estuvieron mis tíos, Matias y Dolores, pero me faltaron los más cercanos porque eran los mas lejanos en distancia. Siempre hemos estado muy unidos en todos los momentos, tanto buenos como malos, siempre hemos sido una piña incluso con nuestras diferencias y siempre cuando no estamos juntos nos falta algo, se que con un poco de más tiempo hubieran intentado venir y pasar aquí ese momento conmigo, yo los llevé en todo momento dentro de mí, por eso no pude decir más de las cuatro palabras que dije o hubiera roto a llorar de emoción. No pude ni cumplir con mi palabra de llamarlos, cada vez que lo pensaba me emocionaba y no podía ni coger el teléfono, se que lo prometí y no lo cumplí, espero que me perdonéis. Os quiero a TODOS.
No quiero olvidarme de la atención que tubo el padre Serafín con nosotros, viniendo de Cehegin para hacer la bendición del negocio. Al final todos contentos, no sé si más por el vino que por otra cosa, pero sinceramente creo que lo hicimos lo mejor que pudimos, y digo pudimos porque nada hubiera sido lo mismo sin el trabajo duro y abnegado de una persona como Santi, me siento muy afortunado de tenerlo a mi lado, es una gran persona y por supuesto de el apoyo mas grande que tengo en estos momentos en mi vida, gracias Carmen, gracias mi niña.